martes, 24 de abril de 2007

Huída nocturna


Viene la noche enajenada,
preñada de voces conocidas
a reclamar su cuota, la presencia
de otras vidas en nuestra vida.

Llega de su mano el insomnio
para recordarnos la condición
de eternos sonámbulos del sueño,
¡los monstruos que crea la razón!

Nos despertamos con ojos de búho
abiertos de par en par
enfrentando recuerdo/olvido,
nombres que fueron, soledad.

Nadie se entrega sin medida
a la nocturna, descomunal bacanal,
nadie sale indemne de la huída
del tiempo que ya no está.

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